sábado, abril 02, 2011

Adaptaciones curriculares, de nuevo: ¿Qué pretendemos?

Los comentarios recogidos en el editorial del mes anterior, relacionado con las adaptaciones curriculares individuales, muestran a las claras que el tema despierta un profundo interés y que es apropiado que se aborde dentro del marco de Canal Down21. No obstante, esos mismos comentarios parecen indicar que la serie de artículos profesionales que iniciamos en el anterior número de nuestra Revista Virtual, y que se continúa en éste, ha creado unas enormes expectativas, quizás excesivamente altas. Y precisamente para situar en su justa medida esas expectativas, nos parece oportuno aclarar cuál es nuestro objetivo y el alcance real de los artículos que estamos publicando.

Las adaptaciones curriculares individuales tienen diferentes denominaciones, según los países (e incluso las Comunidades Autónomas en España); por ejemplo, en algunos lugares de Hispanoamérica suelen denominarse adecuaciones. Sin embargo, la idea de fondo que las sustenta es la misma en todos los lugares: el alumno con síndrome de Down que se integra en un colegio ordinario necesita que se le adapten los objetivos, los contenidos, la metodología de trabajo y los sistemas de evaluación, para hacerle accesible el currículum educativo. Dichas adaptaciones son, en esencia, programaciones para un solo alumno, partiendo del currículum común que cursan sus compañeros.

La dificultad estriba en que los profesores no siempre se sienten capacitados para realizar esta adaptación. Y para responder a esa demanda fue para lo que se redactó esta serie sobre “Programación educativa para escolares con síndrome de Down”. No obstante, si lo que algunas personas, padres o profesionales, esperan es que ofrezcamos modelos de adaptaciones curriculares para cada materia y cada curso a partir de los libros de texto, eso no es lo que pretendemos hacer. Y por varias razones. En primer lugar, porque resultaría una tarea ingente que precisaría, no de un artículo, sino la publicación de varios libros para abarcar todos los posibles contenidos de todas las posibles asignaturas de todos los cursos.

En segundo lugar, porque la adaptación curricular es mucho más que la adaptación de los contenidos de las materias y comprende, entre otros aspectos, la adaptación de la metodología de trabajo, es decir, la forma de abordar esos contenidos, o la adaptación de los sistemas de evaluación, algo que no se podría recoger si sencillamente aportamos unos temas adaptados.

Y, por último y fundamentalmente, porque la adaptación curricular es, por definición, individual, y se ha de confeccionar para cada escolar concreto, en la materia concreta y a partir de la programación concreta que confecciona cada profesor concreto. De ahí que sea una contradicción de términos elaborar una adaptación curricular individual de una asignatura desde la teoría, a partir de un libro de texto, por ejemplo. Y hacemos esta afirmación a sabiendas de que existen en el mercado libros que, precisamente, ofrecen adaptaciones curriculares de diferentes asignaturas, que en realidad no son más que temas con los contenidos simplificados.

Se puede entender que un padre o una madre estén deseosos de encontrar un material adaptado para que el maestro de su hijo con síndrome de Down tenga ya la tarea hecha y puedan hacerle su labor más sencilla. Sin embargo, es precisamente el docente el que ha de elaborar la adaptación a partir de los que él mismo ha establecido como objetivos y contenidos mínimos para el resto de los niños de su clase. Nadie puede hacerle ese trabajo ya que es responsabilidad exclusivamente suya. Es esa tarea, además, la que evidenciará el grado de implicación real del profesor hacia ese alumno concreto.

En resumen, en esta serie de artículos estamos aportando los principios básicos que deben regir para realizar una correcta programación educativa para alumnos con síndrome de Down, teniendo en cuenta sus especiales características. Y al mismo tiempo, ofrecemos una amplia variedad de ideas para que cualquier maestro interesado disponga de múltiples herramientas prácticas para su día a día en el aula. Esperamos que esos principios y esas ideas les sean útiles a todos aquellos que intenten afrontar el reto de integrar a un alumno con síndrome de Down en un centro educativo.

Fonte: Editorial Canal Down21 Abril 2011

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